domingo, 25 de abril de 2010

Reflexiones en torno a la educación a distancia

¿Qué son los objetos de aprendizaje?

Es un hecho que, los procesos de enseñanza-aprendizaje apoyados en TIC pujan sensiblemente por mayores y mejores recursos educativos abiertos (REA). Esta coyuntura de la globalización, propicia entonces el desarrollo y aplicación de estándares educativos y tecnológicos en la gestión y el desarrollo de los objetos digitales educativos (ODE), objetos de aprendizaje (OA) o recurso educativo abierto (OER). Cuando se habla de OA se hace referencia a la conexión de “objetos” con “tecnología”, y resultan ser entidades digitales o no-digitales que pueden ser utilizados o referenciados durante el aprendizaje asistido con tecnología. Estos incluyen contenidos en multimedia, contenido instruccional, objetivos de aprendizaje, herramientas de software, personas y organizaciones que se relacionan con el proceso enseñanza-aprendizaje con apoyo de tecnología. Los AO son entonces cualquier recurso digital que pueda volver a utilizarse para apoyar el aprendizaje, por lo que podría tratarse de una foto, una presentación en Power Point, las imágenes, los audios, los videos. Los OA son entidades informativas que tienen sentido en el sujeto concreto o particular (Lozano, 2009).






¿A qué se refieren los recursos educativos abiertos?

Podría entonces resultar obvia la necesidad de indexación de contenidos y materiales para compartir de forma pública, abierta, gratuita, y en red. Lo que se está planteando de manera universal es la posibilidad de que a través de un sistema de búsqueda y recuperación de la información, la comunidad educativa pueda acceder a un catálogo (o repositorio o contenedor) de contenidos educativos digitales, con dos características esenciales: 1) calidad-utilidad-atención de la experiencia del usuario, avalada por el seguimiento de la producción concreta bajo pautas de accesibilidad, y 2) el carácter abierto o potencial de los materiales como reutilizables y adaptables a diversos contextos y entornos de enseñanza-aprendizaje, y su flexibilidad para ser ampliados-recombinados-modificados. Con este cambio en la identidad de la comunidad educativa, se pasa de una receptora de las acciones y contenidos para la integración de las TIC, a una como actor central (artífice y partícipe) de la innovación educativa y de los cambios sociales mismos que ésta implica. En la primera década del siglo XXI, y como respuesta a la creciente demanda de aulas multimedia, caracterizándose esencialmente por englobar principios didácticos y soluciones técnicas que compatibilizan un alto grado de interactividad en la atención a la diversidad, se conocen proyectos internacionales (muchos de ellos mexicanos y otros tantos españoles…) interrelacionados en el espacio web, bien sea para el análisis e investigación, bien para el desarrollo de controles para la optimización de contenidos educativos; pero todos ellos caracterizados por la modularidad, la adaptabilidad, la reusabilidad, la interoperatividad, y la portabilidad técnicas en un afán por establecer una clara línea de colaboración abierta hacia el concepto de Escuela Inclusiva. En criterio de Gertrudix et.al (2007) el objetivo central de este esfuerzo descansa en la facilitación de procesos de búsqueda y análisis de metainformación didáctica sobre su correcta aplicación y utilización por parte de los usuarios con el fin de mejorar, en la medida de lo posible, el proceso de enseñanza-aprendizaje. De esta forma, cualquier comunidad que trabaje bajo el mismo tipo de estándar podría utilizar y reutilizar (total o parcialmente) la misma combinación empaquetada y transferida, pues esto le permite ser portable al OA. La correcta utilización del objeto permite aportar conocimiento e información a los responsables y dinamizadores del proceso de enseñanza-aprendizaje, sean éstos administrativos, personal docente, tutores y/o padres de familia; o bien, a los implicados en el ese proceso (aprendientes, estudiantes y alumnos…).
Las nuevas líneas de trabajo en el aula obligan a la inclusión digital de procesos didácticos basados en sistemas de trabajo colaborativo, donde los contenidos digitales son a la vez medio y fin, optimizándose la producción conjunta de material existente, y con ello, fomentar e impulsar la innovación educativa. De aquí que, los objetos educativos digitales se definan desde la arquitectura modular de jerarquía creciente, basada en niveles de agregación o secuencias didácticas, como diseño abierto o ingeniería del aprendizaje que responde a una necesidad de aprendizaje particular, ofreciendo una combinación de contenidos y diseño de actividades que implican detalle de técnicas y criterios de evaluación (Sicilia, 2007).





¿Cómo se evalúa el aprendizaje en la educación con recursos tecnológicos?

Tal vez la pretensión esencial en la evaluación del aprendizaje en la educación con recursos tecnológicos es justamente eso, evaluar el aprendizaje desde y a través del uso de recursos tecnológicos en ambientes de educación a distancia. Cómo se haga esto, estará siempre en relación con las perspectivas institucionales, la naturaleza y programación del curso en cuestión, y de los criterios curriculares para emitir una certificación, tanto como del valor (credibilidad y legitimidad) de esta certificación en el contexto social. Esto, por cuanto siempre el asunto de la “confianza” jugará papel fundamental en este tipo de aplicación evaluativa. Procesos como la metaevaluación o reflexión crítica y autocrítica sobre la forma en la que los docentes buscan apreciar el grado de logro de los objetivos por los aprendientes; así como la coevaluación (proceso por medio del cual los alumnos evalúan la calidad del trabajo de sus compañeros, así como su contribución al logro de los objetivos de aprendizaje) y la autoevaluación (proceso por el que los alumnos evalúan tanto su esfuerzo durante el curso como el grado en el que ellos creen que los objetivos de aprendizaje han sido logrados) completan el verdadero proceso de evaluación del aprendizaje (Lozano, 2009). Aún y cuando existe múltiples y variadas prácticas evaluativas, las clasificaciones habituales señalan la existencia de evaluación sumativa-formativa, presencial-a distancia, individual-en equipos de trabajo colaborativo, y evaluación del proceso de aprendizaje o de los productos académicos terminados, puede decirse que son al menos siete las prácticas básicas en las que se puede evaluar el aprendizaje en la educación a distancia (Lozano, 2009):
· aplicar exámenes en forma presencial
· aplicar exámenes en forma virtual
· asignar trabajos
· evaluar el desempeño en foros asincrónicos de comunicación
· evaluar el desempeño a través de medios sincrónicos de comunicación
· dejar que los alumnos se autoevalúen
· dejar que los alumnos se coevalúen


Lo cierto es que, de lo que se trata aquí es de promover en los alumnos el empleo de estrategias de autorregulación de sus propios procesos de aprendizaje.


REFERENCIAS

Gértrudix Barrio, M., Álvarez García, S., Galisteo del Valle, A., Gálvez de la Cuesta, M. C. y Gértrudix Barrio, F. (2007). Acciones de diseño y desarrollo de objetos educativos digitales: programas institucionales. Revista de Universidad y Sociedad del conocimiento, 4, 1, 14-25. Disponible en: http://www.raco.cat/index.php/RUSC/article/view/58131/68223

Lozano Rodríguez, A. & Burgos Aguilar, J. V. (2007) (Comp). Tecnología educativa: en un modelo de educación a distancia
centrado en la persona. Distrito Federal, México: Limusa. (Capítulos 12 y 13)

Silicia, M.A. (2007). Más allá de los contenidos: compartiendo el diseño de los recursos educativos abiertos. Revista de
Universidad y Sociedad del conocimiento, 4, 1, 26-35. Disponible en: http://www.uoc.edu/rusc/4/1/dt/esp/sicilia

domingo, 28 de marzo de 2010

Retos tecnológicos en el desempeño docente

En opinión de Lozano (2008), cada vez resulta de mayor impacto el uso aplicado de la tecnología -en multiplicidad de variaciones- a la Educación. A ese conjunto de teorías y técnicas las llamamos “tecnología aplicada a la educación” o “tecnología educativa” y les adjudicamos la puesta en marcha de procesos educativos que se ejecutan a través de herramientas tecnológicas que nos permiten un nuevo tipo de control sobre esos actuales y también innovadores ambientes de aprendizaje, pero que de manera central posibilitan la atención a la diversidad de procesos de enseñanza-aprendizaje que entre los actores de tal proceso acontecen. Es decir, nos permite acercarnos de forma efectiva a los disímiles estilos de aprendizaje de nuestros muy variados estudiantes, a través de imágenes, sonidos, e interacciones que promuevan y favorecen en ellos la construcción del conocimiento significativo.


¿Para qué se usa el radioCHAT?


Una de estas opciones parece ser el logro de objetivos pedagógicos a través de situaciones de aprendizaje desarrolladas desde la radio, especialmente en aquellos programas educativos que hemos dado en llamar informales y no-formales. Desde esta misma línea, hoy estamos en capacidad de integrar en nuestros cursos espacios de Chat que abren nuevos canales de interacción prolongada y mejorada con nuestros estudiantes, esta vez de naturaleza asincrónica, casi siempre mediados por el envío de mensaje de texto que facilitan la discusión y/o análisis guiado de una situación específica, pedagógicamente intencional. Así, tal y como sostiene Lozano (2008), para habilitar una sesión de Radio-Chat será requerido plantear propósitos instruccionales considerando los objetos de aprendizaje pretendidos en el programa educativo de que se trate; con ello, el oyente ocupa entonces una posición activa y participa intensamente en esta nueva oportunidad de aprender.



¿Cómo se emplea el audio y el video por Internet para fines didácticos?


Estos espacios, suelen apoyarse en tecnologías de información y comunicación que se potencian con su difusión por internet, lográndose a la vez con ello acercar y compartir de manera masiva el conocimiento con redes de aprendizaje y comunidades aisladas y remotas bajo un modelo educativo centrado en la persona (Lozano, 2008). Como alumna de la Universidad Tecnológica de Monterrey, soy parte de cursos que siguen esta intención, pudiendo así gozar de procesos de enseñanza-aprendizaje apoyados en una sesión de radio-Chat y videos entre otros recursos asincrónicos disponibles que me permiten interactuar con los tutores de manera cercana a través de la recepción de “retros” constantes acerca del rendimiento y funcionamiento académico; de espacios de entrevista y asesoría en-línea; del acceso al panel de expertos y otros invitados internacionales al curso; y la interacción y participación con compañeros y otros alumnos. Estos seis escenarios definidos por Ramírez y Burgos (2005), promueven -en criterio de Lozano, autor que los cita (2008)- el disfrute de flexibilidad y espontaneidad en la relación docente-alumno, y muy especialmente, en el desarrollo del trabajo colaborativo, condición de aprendizaje que caracteriza este tipo de oportunidades de aprendizaje .



¿Qué ventajas tienen los pizarrones digitales interactivos (PDI)?


Una nueva forma de apoyo tecnológico a la educación lo constituyen los pizarrones digitales interactivos, también conocidos como Smart board por su nombre en inglés . Estos recursos tecnológicos permiten la presentación de documentos en Ppt, navegar por internet, mostrar documentos/imágenes/videos/audios y otras alternativas favoreciendo la participación activa e intensa de los distintos actores educativos.


¿Qué es el aprendizaje móvil?



Sencillo, es aprendizaje en cualquier momento, en cualquier lugar… y para ello, parece estar implícito el uso de dispositivos móviles -como el teléfono celular, los llamados “asistentes personales digitales”, y/o los tablet-PC- como potenciadores del proceso de enseñanza-aprendizaje. Entonces, el principal objetivo del aprendizaje móvil es apoyar el aprendizaje, pero con ello no se excluye al salón de clases, pues lo fundamental aquí es proporcionar ese apoyo para que los estudiantes manejen conceptos complejos explorando datos e ideas, tengan mayor autonomía y colaboren unos con otros de forma efectiva. La ventaja que tiene la utilización de dispositivos computacionales móviles es que pueden usarse en el salón de clases para compartir datos e información mediante rayos infrarrojos sin necesidad de utilizar los laboratorios o centros de cómputo. A esta intersección de la educación en línea y los dispositivos computacionales móviles se le conoce como “aprendizaje móvil” (en inglés M-Learning o mobile-learning).

Podrá accederse a recursos M-Learning para maestros gratuitos inscribiéndose en: http://www.edk-12.com/Login.aspx?lang=ES&gclid=CPehsqqp3KACFQUhnAodPksBCQ

EN CONCLUSIÓN:


Todas estas formas tecnológicas de apoyo a la educación requieren de soporte técnico en lo relativo a elección de contenidos a desarrollar, la estructura de estos contenidos y/o su diseño y edición; la redacción de los textos y diálogos a incorporar, así como de las imágenes y la sucesión de éstas en el video o apoyo en PPT que contenga el audio, tanto como la definición de la introducción del material en la programación del curso; la evaluación y retroalimentación de ésta que se desarrollará con los participantes del curso…. Todo ello implica por ende la coordinación estrecha del facilitador del curso con un equipo amplio de expertos y técnicos en ramas múltiples para garantizar la naturaleza complementaria de este material de apoyo, ya que el mismo no ha de agotarse en sí, sino que ha de enfatizar algunos aspectos didácticos requeridos por el docente, el contenido y/o la naturaleza del curso en cuestión (Lozano, 2008). De esta forma, muchos serán los usos posibles para el material complementario, bien sean motivacionales, cognoscitivos, instruccionales, modeladores o de modelamiento, lúdicos o comunicacionales… Ejemplo de estos que hablamos aquí se encuentra en http://www.teachertube.com/ sitio que “vale la pena visitar”.



REFERENCIA: Lozano Rodríguez, A. & Burgos Aguilar, J. V. (2007) (Comp.). Tecnología educativa: en un modelo de educación a distancia centrado en la persona. Distrito Federal, México: Limusa. (Capítulos 7 y 9).





viernes, 26 de febrero de 2010

La cultura de la comunicación: ¿nueva ciencia del siglo XXI?


Los avances en el ámbito tecnológico permiten la paulatina articulación de procesos sociales a distancia, de tal forma que hoy podemos disfrutar de tele-trabajo, tele-compra, tele-diversión, tele-información, tele-educación, lo que estrecha para todos nosotros las distancias y las barreras geográficas, convirtiéndonos en actores centrales de la globalización. Claro que esto es consecuencia de las transformaciones históricas recientes, pues tal y como comenta Jesús Salinas (1998) estas transformaciones no se limitan a este ámbito tecnológico del que hablamos, sino que las mismas trascienden a la cultura, la comunicación y las instituciones políticas, por lo que también gozamos de la digitalización de los mensajes, audiovisuales, impresos, interpersonales que favorecen el que pasemos de la comunicación de masas a medios de comunicación individualizados. Esto es así, pues estos hipertextos globalizados e interactivos, aunque segmentados, siguen siendo de producción y control tecnológico, por lo que permiten focalizarse en audiencias específicas. De forma simultánea a esta nueva condición de comunicación convive la comunicación horizontal, es decir, el intercambio, el receptor-emisor, aspecto que le ofrece gran potencial educativo a la red, al lograrse un flujo aumentado de comunicación institucional, personal, informal. Es decir, nos encontramos frente a un ámbito educativo, diferente, novedoso. Es esta relación cultura-sociedad-tecnología lo que parece estar condicionando históricamente el uso que de las TIC se haga en el ámbito educativo, y con ello -sin duda- se promueve la innovación. Esta redirección de la revolución de las comunicaciones preparara a su vez el cambio en el perfil profesional, puesto que ahora resulta requerida la formación continua y la capacitación permanente para convertirse en ese pensador, ese conocedor, y ese aprendiz que demanda el siglo XXI: se requiere devenir en persona educada, y para ello, ahora hay que transformar la información en conocimiento y éste en educación y aprendizaje significativo (Soler, Y. y Lezcano, M., 2009).


Antes de continuar, hay que aclarar que el ciberespacio es más que la red de redes, es todo aquello que nos rodea desarrollado por la ciencia y la tecnología espacial, es justamente ese entorno que representa el Universo exterior y su resonancia psico-social para nosotros, por lo que supone per-sé nuevas formas de vivir, pensar y producir (Salinas, 1998). En consecuencia, también tenemos acceso a cuatro grandes dominios de desarrollo de gran relevancia para el ámbito educativo en pro de la educación flexible y a distancia: la tecnología física y protocolos de software básico (integración multimedia en red, maridaje TV-internet, comunicación multimedial); programas de aplicación (webtools, software de acceso a internet, agentes inteligentes); el diseño educativo (diseño didáctico, diseños instruccionales); diseño del aprendizaje (nuevos escenarios). Ejemplo sensible de lo dicho hasta aquí es el giro que evidenciamos en el sentido de los ambientes educativos en educación superior (universidades), mismos que ahora consideran la andragogía e integran la tecnología, la existencia de las universidades corporativas, las Universidades Multinacionales Globales, e incluso las alianzas estratégicas universidad-industria.


Este proceso crítico de reestructuración y revisión general que atestiguamos, apuesta por la flexibilidad en los conocimientos, la formación continuada y la diversificación de las metodologías y formas de desarrollo de las mismas (Baelo R. y Cantón I., 2009). Del uso de las computadoras en los años ’60 hemos progresado a los agentes inteligentes, pasando por la inteligencia artificial y el aprendizaje reforzado; de los ambientes de modelación hemos pasado a los ambientes colaborativos, en los que se espera que la tecnología apoye el pensamiento creativo, el auto-aprendizaje, el compromiso, la responsabilidad, la participación, la organización, el crecimiento individual y grupal, todas ellas competencias profesionales para el presente siglo, tal y como lo señala Stojanovic-2000 mencionado por Soler y Lezcano (2000). Partiendo de la concepción del aprendizaje como procesamiento de información, aparece el uso cada vez más difundido del mapa conceptual, como estrategia constructivista de apropiación del conocimiento.


Por otra parte, también podemos secundar lo establecido por Gallego A. y Martínez E. (2002) en cuanto a que la calidad de la docencia resulta ser el principal elemento diferenciador, y que por tanto, urge capacitar los facilitadores de procesos de enseñanza-aprendizaje, puesto que hay que adaptar su papel a una nueva realidad donde el aprendizaje ya no se concentre exclusivamente en el aula, sino que se cuente con acceso a las tecnologías de la comunicación, el aula virtual, la enseñanza semipresencial y a distancia (Gallego y Martínez, 2002). Se conoce que, los estudiantes aprenden con mayor efectividad cuando se les enseña considerando sus propios estilos de aprendizaje predominantes, y en criterio de estos mismos autores, resulta que el e-learning posibilita que cada estudiante reciba los contenidos adaptados a esos estilos: activista, reflexivo, teórico, o pragmático.


Un estilo de aprendizaje resulta ser, algo así como las conclusiones a las que llegamos acerca de la forma en que actúan las personas, y resulta útil para analizar y clasificar la conducta (García, J.; Santizo, J. y Alonso, C., 2009). En los años 40 y 50 podría haberse atendido esta particularidad en los ámbitos educativos a través de la radio, en los 60-70 de la televisión, en los 80 con el ordenador y en los 90 a través de las telecomunicaciones, apareciendo así la enseñanza virtual u online (García, Santizo y Alonso, 2009). Esta se refiere a la formación a distancia apoyada en las TIC a través de la combinación de elementos pedagógicos, bien se ejecuten estos en tiempo real o a través de contactos diferidos. Es justamente con la enseñanza virtual que se plantea la adaptación de los contenidos a los estilos de aprendizaje de los alumnos para obtener mayores y mejores procesos de enseñanza-aprendizaje, y también con ella que se introduce el término de aprendizaje combinado, o modelos de utilización de metodologías variadas y combinadas (como clases presenciales, e-learning, respeto del propio ritmo o estilos de aprendizaje… por ejemplo), a las que me referiré en detalle en la siguiente entrada de este blog. Pero, aquí sí se quiere acentuar la tónica procedimental que se introduce con la atención del estilo de aprendizaje de los aprendientes, toda vez que éste alude directamente a la responsabilidad docente de atención a la diversidad, en la dirección de la maximización del potencial diferencial de los distintos participantes de la construcción del conocimiento.

REFERENCIAS
Salinas, J. (1998) Redes y Educación: Tendencias en educación flexible y a distancia. En Pérez, R. y otros: Educación y tecnologías de la educación. II Congreso Internacional de Comunicación, tecnología y educación. Oviedo. 141-151.
Soler, Y. y Lezcano, M. (2009) Consideraciones sobre la tecnología educativa en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Una experiencia en la asignatura Estructura de Datos. En Revista Iberoamericana de Educación ISSN: 1681-5653; no. 49/2
Baelo R. y Cantón I. (2009) Las Tecnologías de la Información y la comunicación en la educación superior. Estudio descriptivo y de revisión. En Revista Iberoamericana de Educación ISSN: 1681-5653; no.50/7
Gallego A. y Martínez E. (2002) Estilos de Aprendizaje y e-learning. Hacia un mayor rendimiento académico. Ediciones Mensajero, Bilbao

domingo, 7 de febrero de 2010

Comentario argumentativo general a las lecturas complementarias

Sin duda alguna la Sociedad del Conocimiento exige de todos nosotros una postura holística de mayor flexibilidad y funcionalidad que en otras épocas, puesto que información y comunicación atraviesan el quehacer cotidiano en todos los niveles del mundo globalizado. Hoy no basta con conocer, pues el crecimiento del no-conocimiento demanda de todos nosotros el dominio de la práctica experimental tanto como el ser parte de procesos innovadores. De esta forma las TIC pueden tanto estrechar como acentuar las diferencias sociales...ellas pueden estrechar la brecha o profundizar esta. Así parece estar claro que, las redes de computación más que un problema tecnológico señalan uno de "perspectiva" entre los ciudadanos del siglo XXI, pues se constituye de manera central en un asunto cultural, y como tal, nos compete y afecta a todos por igual. Especialmente desde la educación, la globalización demanda un ajuste en las tendencias, estrategias, actividades y metodologías a utilizar. Las nuevas tecnologías de información y comunicación (NTIC) -sostiene Jose Joaquín Brunner- desempeñarán una acción transformadora de la educación; y esta transformación de la que hablamos aquí, trastoca a la comunidad educativa en todos sus actores (aprendientes, facilitadores, administrativos y técnicos) e impacta a la educación en muchos sentidos (decisionales, institucionales, distribuitivos, estructurales), siendo estos "dispositivos hermenéuticos" los que sobredeterminan ideológicamente la globalización. Así, en este mundo de contextos cercanos, es requerido exhibir competencias resolutivas, de hallazgo y planeación, es decir, competencias complejas, ya que son estas las que demanda el entorno socio-laboral actual. Es decir, las destrezas tradicionales, ahora se hacen acompañar de nuevas destrezas (adaptabilidad, abstracción, autonomía, colaboración, versatilidad...) y estas participan del proceso de enseñanza-aprendizaje de manera intensa, ya que constituyen los denominados requerimientos educacionales del trabajo. De aquí que algunos países ya implementen como básicas, estrategias educativas innovadoras como el life long learning for all (LLA); la educación a distancia y el aprendizaje distribuido; y la institucionalización de redes. Saber manejar y dominar la tecnología, resulta ser hoy asunto esencial en el ámbito educativo, pues se trate de un aula presencial y/o a distancia... las nuevas tecnologías exigen nuevas estrategias didácticas tanto como nuevas habilidades del que aprende, descansando por ende la importancia del proceso de enseñanza-aprendizaje, ya no en el que enseña y/o guía, ni tampoco de manera central en el que aprende, sino en el proceso mismo, primándose sin lugar a dudas el modelo educativo centrado en el aprendizaje, pues es justamente esta condición la que permitirá atender a los participantes de este proceso en sus necesidades educativas particulares. Esto demanda -de todos nosotros, facilitadores y aprendientes- un aprendizaje continuo y actualizado, condición quer implica en todos los casos una sensible apertura para con la capacitación y formación continuas... ambas opciones contempladas de manera medular en la postura andragógica. Hoy, lo importante no es "saber" sino lograr utilizar lo que se sabe (la información) según sean los intereses y necesidades personales y sociales, hoy lo importante es dominar el saber para "ser", no es sólo saber acceder a la tecnología, sino, muy especialmente, lograr que -a través de esta- se logre hacer lo que se requiere. En esta pretensión, no parecen haber fronteras, ni límites regionalistas, sino que, por el contrario, compartir saberes maximiza su uso, y por ende, compartir lo que se sabe, la información, resulta común en el inicio de este siglo que busca que "seamos" diferentes: ciudadanos de la sociedad del conocimiento.

Bienvenida!

Mi nombre es Marjorie Barquero Ramirez, soy psicologa y costarricense, y les invito a que le den seguimiento a este espacio de construccion colaborativa que nos permitira no solo "conocer" acerca de la integracion de la tecnologia, sino muy especialmente mantenernos "informados" y actualizados.
Sean entonces todos muy bienvenidos!